septiembre 23, 2011

Pablo Neruda : Recepción del Premio Nobel de Literatura

Suecia, 21 de octubre de 1971

Fragmentos:

Señoras y Señores:

Yo no aprendí en los libros ninguna receta para la composición de un poema: y no dejaré impreso a mi vez ni siquiera un consejo, modo o estilo para que los nuevos poetas reciban de mí alguna gota de supuesta sabiduría. Si he narrado en este discurso ciertos sucesos del pasado, si he revivido un nunca olvidado relato en esta ocasión y en este sitio tan diferentes a lo acontecido, es porque en el curso de mi vida he encontrado siempre en alguna parte la aseveración necesaria, la fórmula que me aguardaba, no para endurecerse en mis palabras sino para explicarme a mí mismo.

En aquella larga jornada encontré las dosis necesarias a la formación del poema. Allí me fueron dadas las aportaciones de la tierra y del alma. Y pienso que la poesía es una acción pasajera o solemne en que entran por parejas medidas la soledad y la solidaridad, el sentimiento y la acción, la intimidad de uno mismo, la intimidad del hombre y la secreta revelación de la naturaleza. Y pienso con no menor fe que todo está sostenido -el hombre y su sombra, el hombre y su actitud, el hombre y su poesía en una comunidad cada vez más extensa, en un ejercicio que integrará para siempre en nosotros la realidad y los sueños, porque de tal manera los une y los confunde. Y digo de igual modo que no sé, después de tantos años, si aquellas lecciones que recibí al cruzar un vertiginoso río, al bailar alrededor del cráneo de una vaca, al bañar mi piel en el agua purificadora de las más altas regiones, digo que no sé si aquello salía de mí mismo para comunicarse después con muchos otros seres, o era el mensaje que los demás hombres me enviaban como exigencia o emplazamiento. No sé si aquello lo viví o lo escribí, no sé si fueron verdad o poesía, transición o eternidad los versos que experimenté en aquel momento, las experiencias que canté más tarde…

( … )

El poeta no es un pequeño dios. No, no es un pequeño dios. No está signado por un destino cabalístico superior al de quienes ejercen otros menesteres y oficios. A menudo expresé que el mejor poeta es el hombre que nos entrega el pan de cada día: el panadero más próximo, que no se cree dios. Él cumple su majestuosa y humilde faena de amasar, meter al horno, dorar y entregar el pan de cada día, con una obligación comunitaria. Y si el poeta llega a alcanzar esa sencilla conciencia, podrá también la sencilla conciencia convertirse en parte de una colosal artesanía, de una construcción simple o complicada, que es la construcción de la sociedad, la transformación de las condiciones que rodean al hombre, la entrega de la mercadería: pan, verdad, vino, sueños…

( … )

Los errores que me llevaron a una relativa verdad, y las verdades que repetidas veces me condujeron al error, unos y otras no me permitieron -ni yo lo pretendí nunca- orientar, dirigir, enseñar lo que se llama el proceso creador, los vericuetos de la literatura. Pero sí me di cuenta de una cosa: de que nosotros mismos vamos creando los fantasmas de nuestra propia mitificación. De la argamasa de lo que hacemos, o queremos hacer, surgen más tarde los impedimentos de nuestro propio y futuro desarrollo. Nos vemos indefectiblemente conducidos a la realidad y al realismo, es decir, a tomar una conciencia directa de lo que nos rodea y de los caminos de la transformación, y luego comprendemos, cuando parece tarde, que hemos construido una limitación tan exagerada que matamos lo vivo en vez de conducir la vida a desenvolverse y florecer.

( … )

Cada uno de mis versos quiso instalarse como un objeto palpable: cada uno de mis poemas pretendió ser un instrumento útil de trabajo: cada uno de mis cantos aspiró a servir en el espacio como signos de reunión donde se cruzaron los caminos, o como fragmento de piedra o de madera con que alguien, otros que vendrán, pudieran depositar los nuevos signos.

Extendiendo estos deberes del poeta, en la verdad o en el error, hasta sus últimas consecuencias, decidí que mi actitud dentro de la sociedad y ante la vida debía ser también humildemente partidaria. Lo decidí viendo gloriosos fracasos, solitarias victorias, derrotas deslumbrantes. Comprendí, metido en el escenario de las luchas de América, que mi misión humana no era otra sino agregarme a la extensa fuerza del pueblo organizado, agregarme con sangre y alma, con pasión y esperanza, porque sólo de esa henchida torrentera pueden nacer los cambios necesarios a los escritores y a los pueblos. Y aunque mi posición levantara o levante objeciones amargas o amables, lo cierto es que no hallo otro camino para el escritor de nuestros anchos y crueles países, si queremos que florezca la oscuridad, si pretendemos que los millones de hombres que aún no han aprendido a leernos ni a leer, que todavía no saben escribir ni escribirnos, se establezcan en el terreno de la dignidad sin la cual no es posible ser hombres integrales.

( … )

… Porque creo que mis deberes de poeta no sólo me indicaban la fraternidad con la rosa y la simetría, con el exaltado amor y con la nostalgia infinita, sino también con las ásperas tareas humanas que incorporé a mi poesía.

Hace hoy cien años exactos, un pobre y espléndido poeta, el más atroz de los desesperados, escribió esta profecía: A l'aurore, armés d'une ardente patience, nous entrerons aux splendides villes. (Al amanecer, armados de una ardiente paciencia entraremos en las espléndidas ciudades.)

Yo creo en esa profecía de Rimbaud, el vidente. Yo vengo de una oscura provincia, de un país separado de todos los otros por la tajante geografía. Fui el más abandonado de los poetas y mi poesía fue regional, dolorosa y lluviosa. Pero tuve siempre confianza en el hombre. No perdí jamás la esperanza. Por eso tal vez he llegado hasta aquí con mi poesía, y también con mi bandera.

En conclusión, debo decir a los hombres de buena voluntad, a los trabajadores, a los poetas, que el entero porvenir fue expresado en esa frase de Rimbaud: solo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres.

Así la poesía no habrá cantado en vano.

Pablo Neruda, (Parral, Chile 1904 – Santiago de Chile, 1973). Poeta, activista político y militante del Partido Comunista chileno. Ha sido merecedor del Premio Nobel de Literatura (1971) y un Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Oxford.

julio 20, 2011

Manifiesto de los Sueños - Carlos Angulo

Las cosas más intensas que se viven en la realidad son aquellas que están más cercanas a los sueños.

El desvelo del soñador comienza cuando enseñando a soñar logra que otros sean capaces de realizar los sueños que a él ya no le son posibles o cuando permite por no haber sabido ensoñar que otros se fortalezcan para derrumbar los sueños que a él le fue destinado realizar. Por eso, nadie traiciona a un soñador sin traicionar a sus sueños. Nadie traiciona a sus sueños sin traicionarse a sí mismo. Sobretodo cuando se carece de un argumento superior donde lo traicionado no es tal sino que está por debajo de la altura de una opción más allá de las miserias individuales. Ahí también radica el carácter irreconciliable de las contradicciones, porque los sueños son el país del soñador, y claudicar a un sueño también es una forma de morir. Mas, el hombre pasa, los sueños siguen.

De ahí que, si algún día, después de haber asumido y alcanzado el poder de realizar el sueño que soñaste, aunque sea para verlo hecho realidad en el tiempo de la luz intermitente de una luciérnaga y no lo haces, lo subestimas, lo desvías, lo violentas, entonces ya no tendrás derecho nunca más a él, ni siquiera a desearlo. Mas, tal insensatez no extinguirá, ni negará la dignidad de ese sueño porque no es una debilidad de los sueños, sino de la pobreza vital del soñador. No obstante, los sueños, al margen de toda negación seguirán su signo, alimentados eternamente por el mismo hecho de la belleza de su existencia, justo hasta encontrar un tiempo más humano, otro lugar más sensible, presto a lo verdaderamente esencial y justo.

Y a pesar de lo improbable que puedan ser los sueños, lo que se sueña en algún lugar y tiempo del mundo se hará verdad, aunque el soñador no llegue a ser jamás el protagonista de lo soñado, aunque el receptor del sueño, sin saber que lo han soñado, realice por otro y con otros el sueño que no soñó. Pero también algún día, cuando nos toque con su dejo de incertidumbre la certeza de lo imposible, quedará el recurso de soñar en lo más profundo de lo imperceptible, un sueño que no alcanza a ser consciente: el sueño de soñar realizado lo soñado. Para entonces habremos muerto con todo y sueño en el plano de ese sueño. Desde allí, después de haber cerrado lo perdido, saldremos con un misterio en la sonrisa: la fuerza de un nuevo continuar en busca de otros sueño que se niega a dejar de ser el mismo, el de intentar seguir amando a pesar de todos los dolores, hasta que construyamos juntos el momento del anhelo inevitable, el día del juicio final a la tristeza.

Carlos Angulo
Venezuela

julio 11, 2011

LA TOMA DE LA BANDERA - Elvira Hernández

Nadie ha dicho una palabra sobre la Bandera de Chile
en el porte .......... en la tela
en todo su desierto cuadrilongo
no la han nombrado
La Bandera de Chile
ausente

La Bandera de Chile no dice nada sobre sí misma
se lee en un espejo de bolsillo redondo
espejea retardada en el tiempo como un eco
hay muchos vidrios rotos
trizados como las líneas de una mano abierta
se lee
en busca de piedras para sus ganas


Una ignorancia padre aurea a la Bandera de Chile
no importa ni madre que la parió
se le rinden honores que centuplean los infalibles mecanismos
incipiente la Bandera de Chile allí
cien .......... doscientos,......... novecientos
no tiene en otros el territorio de sus propios eriazos
no tiene en otros el fósil de su olla común
no tienen no tienen hasta decir so de colores andrajos
no tienen .......... no tienen ......... no son
La Bandera de Chile se parte en banderitas para los niños y saludan.

La Bandera de Chile es un pabellón dijo un soldado
........... y lo identifico y lo descubro y me descubro
..............................del Regimiento de San Felipe
dijo soñaba el pabellón mejor que su barraca
................................ dijo dijo dijo tres dormitorios
ducha de agua caliente cocinilla con horno
.............................. aplaudieron como locos los sin techo
................................La Bandera de Chile



Levanta una cortina de humo la Bandera de Chile
asfixia y da aire a más no poder
.......................................... es increíble la bandera
no verá nunca el subsuelo encendido de sus campos santos
..........................los tesoros perdidos en los recodos del aire
..........................los entierros marinos que son joya
veremos la cordillera maravillosa sumiéndose en la penumbra
............. ficticia ríe
....................... la Bandera de Chile
..................... En otros tiempos
representa la Bandera de Chile
un 15% allí donde brilla la estrella para el 10%
representa
de blancos un 20% de muy pálidos
representa la Bandera de Chile en rojos La Bandera de Chile
.........................nunca el 100% nunca
................el 100% del blanrrozul compacto
......................................hoy


Come moscas cuando tiene hambre La Bandera de Chile
en boca cerrada no entran balas
se calla
allá arriba en su mástil.


La Bandera de Chile es exhibicionista por naturaleza


A la Bandera de Chile la tiran por la ventana
la ponen para lágrimas en televisión
clavada en la parte más alta de un Empire Chilean
en el mástil centro del Estadio Nacional
pasa un orfeón .......... pasa un escalón
dos tres cuatro

La Bandera de Chile sale a la cancha
en una cancha de fútbol se levanta la Bandera de Chile
la rodea un cordón policial como a un estadio olímpico
(todo es estrictamente deportivo)
La Bandera de Chile vuela por los aires
................................. echada a su suerte

Elvira Hernández - Chile.

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